La casa en la cual se asienta el Hotel Diana, es una casa conocida como Casa Sans o Casa Falguera. Hay quien la llama con el nombre del propietario original, Joan Sans, o de su arquitecto, Antonio de Falguera i Sivilla, arquitecto modernista que había sido discípulo de Puig Cadafalch y que había levantado edificios emblemático de Barcelona como es la “Casa de la Lactancia” (1908-1913). También había diseñado las vidrieras y el forjado del conocido “Mercat de la Boqueria” de las Ramblas, entre otros monumentos de la ciudad condal.
Falguera veraneaba en Tossa y recibió el encargo de un burgués del pueblo, Joan Sans, que había hecho fortuna, según dicen, en Colombia, con el comercio del corcho. Sans quería una residencia en el paseo marítimo, en el nuevo “Eixample” de la población. La casa fue construida en 1906, a pie de mar y sobre una antigua casa de pescadores que estaba en ruinas. No se ha encontrado ningún documento de la casa, sólo uno que data de 1986 cuando la casa se declaró edificio singular de Tossa de Mar.
La casa cambió de propietarios en 1930, cuando tras la Primera Guerra Mundial, los negocios dela familia Sans no tuvieron éxito. Es en este momento cuando Fernando Vilallonga i Balam compra la casa. Vilallonga hace algunas reformas en la casa como la escala de mármol de Carrara del vestíbulo de la planta baja o la bella escultura de bronce del artista Frederic Marés que representa la diosa griega Diana.
Vilallonga se quedó soltero y dejó la casa a Mercedes Gotarra Blanqué, hija de su sobrina, Rosa Blanqué. La casa no ha vuelto a cambiar de propietarios y se convirtió en el Hotel Diana en 1958.
El edificio tiene una fachada marítima singular, con gárgolas modernistas que representan las cuatro estaciones, mosaicos de cerámica vidriada y forja muy similar a la que se encuentra en la Casa Vicens de Barcelona. Las gárgolas son obra del escultor Alfons Juyol, pero fue el propio Falguera quien las diseñó.
En el patio interior de la casa, encontramos un pozo con combinación de forja y quebradizo con elementos vegetales y animales y la fuente de mármol con la figura de dos peces entrelazados. También se pueden observar dos gigantescas palmeras que dotan de singularidad a la casa. Estas palmeras son de la especie Yatay.
En el interior todavía se conserva gran parte del repertorio decorativo que diseñó Antoni de Falguera. La planta baja se destacan tres estancias: el salón Iris, el salón Diana y la sala de la chimenea. En la primera, el salón Iris, destaca el color rojo de sus paredes, dos bustos originales de la época así como la majestuoso lámpara de araña que cuelga del techo. Éste era el salón principal de la casa. Por otro lado, del Salón Diana destaca el suelo hidráulico decorado con cisnes y motivos vegetales. Estos azulejos con los mismos que hay en el Círculo del Liceo de Barcelona. También se destacan las vidrieras policromadas, la cerámica, los esgrafiados sobre las puertas, las aberturas, los colores y las formas inspirados en la naturaleza. Un universo modernista. En el centro de este salón se encuentra Diana, la escultura de bronce de Frederic Marès en honor a la diosa griega. Finalmente, en la sala de la chimenea se destaca la combinación de cerámica, piedra y forja, y los bustos esculpidos de la señora Sans, hija del primer propietario Joan Sans, y su marido Francesc Rissech.
Actualmente, el Hotel Diana es un hotel boutique de estilo modernista, un establecimiento con encanto que sigue conservando el estilo arquitectónico y gran parte de la decoración interior de la antigua casa. El hotel está en constante evolución y cada año se proponen nuevos cambios y reformas para convertir la estancia de los huéspedes en una experiencia inolvidable. Las habitaciones fueron renovadas en 2016 y se caracterizan por ser todas diferentes. Cada habitación goza de detalles especiales que la hacen única.
